La limpieza en las empresas y organizaciones es un factor cada vez más valorado, especialmente a raíz del incremento de la cultura sanitaria en el entorno empresarial. El objetivo no es otro que la eliminación de la suciedad orgánica e inorgánica que se encuentra adherida a las superficies (teclados, mesas, superficies de trabajo, etc.) para mantener un entorno de trabajo saludable aportando bienestar a las personas que allí trabajan. Es conveniente que las empresas tengan un Plan de Limpieza establecido con las diferentes acciones a realizar y con las áreas de la compañía en las que se desarrollará.
Como es lógico, estos planes no suelen ser ejecutados por las propias organizaciones (no forma parte de su ‘core business’), sino que se ponen en marcha en colaboración con empresas proveedoras de servicios de higiene y limpieza.
Un Plan de Limpieza y Desinfección (Plan L+D) agrupa el conjunto de operaciones que tienen como finalidad eliminar la suciedad y mantener controlada bajo mínimos la carga microbiana. La limpieza y desinfección debe actuar sobre las diferentes superficies de trabajo, así como utensilios, equipos, suelos, paredes y techos.
La limpieza es el primer factor generador de valor en cualquier entorno.
A la hora de desarrollar el Plan L+D se deben considerar tres aspectos importantes:
- El tipo de superficie: deben ser fáciles de limpiar y se deben evitar los materiales porosos en beneficio de aquellos que sean impermeables e inalterables.
- El tipo de suciedad sobre la que se desea actuar: para ello se debe valorar qué clase de producto se utiliza en cada caso
- El tiempo y la frecuencia con la que se realizan las actividades: si se distancian y se espacian por mucho tiempo, pueden detectarse ciertos residuos que originen un crecimiento de microorganismos o compuestos tóxicos que son más difíciles de extraer y eliminar. Estos se deberán definir en función del nivel de limpieza requerido en cada zona, de su uso y/o riesgo de infección.
Posteriormente y con un plano del espacio físico, se deberán determinar y definir las diferentes superficies y elementos que serán objeto de la limpieza, incluidas las que se encuentran en posición vertical, así como techos, estanterías y luminarias. Una vez se hayan determinado los metros cuadrados de cada uno de ellos, se deberá especificar con qué tipo de productos y utensilios se realizarán los procesos de limpieza y desinfección. No debemos olvidar la gestión responsable de los residuos generados y realizar una buena recogida selectiva de los mismos (link a article recollida selectiva).
También es importante designar a los responsables que llevarán a cabo la ejecución del P+D. El responsable de realizar la comprobación de los resultados no puede ser la misma persona que realice las diferentes tareas del Plan. Todo ello debe quedar registrado a través de un sistema en el que queden recogidas las posibles incidencias que puedan ocurrir durante el desarrollo del P+D.
En función del sector en el que se encuentre la empresa, existen diferentes requerimientos normativos que afectan a los diferentes niveles de limpieza y desinfección, un tema que trataremos en artículos siguientes.